jueves, 6 de septiembre de 2007

La escuela moderna de Francisco Ferrer


Sobre aspiraciones a un mundo mejor, a partir de una educación distinta.

Este video ciertamente está ligado con una alternativa educativa libertaria. Así, creo que sería bastante propicio dar a conocer esta propuesta a través del siguiente texto.

La Escuela y la Educación

Aunque los anarquistas desconfían por principio de la instrucción escolar, tienen gran fe en el poder de la educación. Una de las mayores fuentes de esperanza para un mundo mejor es que la próxima generación, con la ayuda necesaria, crezca menos neurótica que la anterior. Algunos dicen, incluso, que educar a los niños para la libertad es la única esperanza real de crear una sociedad anarquista. Las escuelas se ocupan principalmente de seleccionar y dividir a los niños en niveles para su futuro papel en una sociedad jerarquizada y asegurarse que internalicen la competitividad, la jerarquía y el respeto a la autoridad. El sistema exige que la mayoría de los niños, y de los adultos, se sientan inferiores. Los anarquistas piensan que las pruebas académicas son una medida insignificante respecto al potencial de una persona para jugar un papel importante en la sociedad. El culto al experto profesional está diseñado para destruir nuestra auto-estima en nuestras posibilidades y en nuestra capacidad de juicio.
Los anarquistas se oponen al castigo corporal y a todas formas de obligación en la educación. La asistencia a clases debería ser voluntaria. La obligatoriedad destruye el entusiasmo por saber y comprender. La verdadera educación es lo contrario a la escuela obligatoria, donde se aprende principalmente a temer y a respetar la autoridad. Necesitamos, en cambio, que nuestros hijos desarrollen una capacidad crítica para entender el mundo, para ver los cambios necesarios para crear un lugar mejor para todos y ser capaces de llevar a cabo estos cambios.
Los anarquistas se oponen al adoctrinamiento religioso en los colegios. El miedo y la superstición no tienen lugar en una educación ética. La educación religiosa debería abolirse y sustituírse por una asignatura enfocada a discutir cuestiones morales y filosóficas basadas en la preocupación y respeto a los demás.
Es una locura que la educación actual sólo consiste en pasar años y más años de nuestras vidas en colegios que nada tienen que ver con el mundo exterior. Sería mucho más saludable que nuestra educación integrara aspectos del trabajo cotidiana y la vida social. Así, las habilidades de cada uno podrían ser reconocidas por la sociedad y utilizadas para la educación de otros. Necesitamos destruir las líneas divisorias entre trabajo, juego y educación. La educación debería estar disponible en cualquier momento de nuestras vidas, en lugar de estar confinada arbitrariamente a esa parte de la vida que pasamos en la escuela. Todos somos alumnos y profesores potenciales, todos tenemos habilidades que desarrollar y que enseñar durante toda nuestra vida.
Los anarquistas están generalmente de acuerdo en que la completa liberación de la educación depende de la creación de una sociedad anarquista. Sin embargo, esto no impide crear entornos más libres donde los niños puedan crecer y aprender, aquí y ahora. Algunos anarquistas educan a sus hijos en casa. Otros los han educado conjuntamente con otros padres e hijos. Han trabajado juntos en lugar de permanecer en núcleos familiares aislados. En las últimas tres décadas se han establecido varias escuelas libres, basadas en principios libertarios, que han desempeñado un papel valioso al demostrar en forma práctica la posibilidad de alternativas. Naturalmente, tienen que enfrentarse a constantes problemas económicos y a todos los otros problemas que supone vivir en una sociedad como ésta intentando crear una sociedad libre.
Algunos anarquistas y otros que comparten sus puntos de vista sobre la educación concluyen que en un futuro predecible la mayoría de los niños asistirán a escuelas estatales y, por tanto, intentan cambiar estas escuelas desde adentro, así como a los padres y profesores.
En los 60, la institución escolar aceptó los métodos libertarios en la escuela británica de A.S. Neill´s Summerhill, pero se trataba de una escuela privada a la que sólo tenían acceso niños de padres ricos, quienes se horrorizaron al ver que métodos similares estaban adaptándose en escuelas públicas para niños de clase obrera. Los intentos más fructíferos se dieron en la Risinghill School y en William Tyndale School en Londres, pero fueron abortados por la autoridad educativa local y los profesores fueron expulsados.
La lección para quienes vuelvan a intentarlo en el futuro es que lo esencial es romper el aislamiento que somete a las escuelas respecto a la comunidad, para que los padres entiendan y apoyen activamente la implantación de la pedagogía libertaria en los colegios.

Fuente texto: ¿QUÉ ES EL ANARQUISMO?, Textos de Marx Twain, John P.Clark, Eduardo Galeano, Ignacio Ramonet, Murray Bookchin, Noam Chomsky, Osvaldo Bayer, Paco Taibo II y otros autores.
ISBN 956-7495-07-06
Ernesto Carmona: Editor
Santiago, Chile, Diciembre, 2000.

2 comentarios:

Kuri dijo...

Muy interesante visión de Ferrer, sin embargo, pregunto ¿Podría funcionar un modelo así en Chile, según nuestra forma de ser?

levantate,informate y actua! dijo...

hola compa! mu bueno su blog! lo boy a linkear en el mio! saludos libertarios! pasate por nuestro espacio!