jueves, 11 de octubre de 2007

EL BARBERO ANARQUISTA


Esta imagen me trajo a la mente a aquel barbero anarquista de la obra "Fatamorgana de amor con banda de música" de Hernán Rivera Letelier, en esa época de los años 1929, en que el país estaba al mando del dictador Carlos Ibáñez del Campo.
Da para soñar, con este admirable hombre, que concecuentemente lucha por lograr la utopía.

EN BUSCA DEL BIEN COMÚN

Cada individuo a pesar de ser único (al diferenciarse de los demás en sus diversos rasgos que lo identifican como ese “ser único”) es en su esencia, en aquello que nos identifica como seres pertenecientes a la especie humana; igual a los demás seres humanos, a todo ser humano.

De este modo es que las sociedades son el resultado (en la teoría) de la complementación de los individuos, en que cada cuál desarrolla sus propias habilidades y busca en lo posible traspasar las barreras invisibles de la limitación humana y lograr con ello la superación de sí mismo. Descartando cualquier tipo de estructuras jerárquicas existentes en la sociedad, ya que ella está conformada por seres humanos, y por ende pasa a ser naturalmente un conjunto de individuos, iguales en su esencia, que se organizan en base a la horizontalidad.

Claro está que en la práctica nos vemos muy alejados de esta utópica lógica. En el mundo de hoy existen innumerables desigualdades de todo tipo. El ser humano no ha sabido idear las maneras efectivas de organizarse en sociedad y ha caído en desajustes destructivos y peligrosos.

De esta forma, no puedo dejar de mencionar y cuestionar el tipo de economía existente, que en este sentido juega un rol bastante importante, y es que al parecer este modelo neoliberal contribuye a que continúe permanentemente la desigualdad en el mundo y que las estructuras jerárquicas se vean con mayor nitidez, desvalorando la inteligencia de personas iguales que tú y yo, que se ven obligadas a tomar caminos que se encuentran muy lejos de sus intereses y anhelos por la única razón de que se encuentran en las clases más bajas de la sociedad, en donde claramente no tienen las mismas oportunidades que nosotros.

Tampoco me dejo de cuestionar las intenciones de los países más ricos, por ende los más influyentes en el mundo (que representan el capitalismo en su máxima expresión), los cuales no reflejan intereses reales por ayudar a eliminar la pobreza, ni por construir caminos que nos guíen por el bien común en lo más mínimo. Pareciera que sólo buscan obtener más beneficios individuales.
Para ejemplificar mis palabras nos podemos focalizar en lo mucho que se habla sobre el calentamiento global, pero la verdad es que no sé cuántos toman conciencia de su causa mayor con seriedad, y es realmente decepcionante que esto provenga de nosotros mismos, que tan desarrollados supuestamente estamos hoy, en el siglo XXI.
Pero reitero, esto no es más que un fiel reflejo de nuestra poca capacidad por crear modos efectivos de organizarnos integralmente en sociedad, de nuestras vacías formas de caminar como humanidad, desviándonos del verdadero desarrollo humano e ignorando el bien colectivo.

Nos hemos ido alejando de las ideas y de los sueños, estamos cayendo en graves individualismos que nos van dividiendo, junto con sumisas respuestas de las sociedades, reflejo del adormecimiento en que nos encontramos.

Pero no hay que dejarse caer. Debemos saber aprovechar todas las oportunidades que tenemos, somos parte de un colegio particular, donde gozamos de una educación de calidad, poco impartida en nuestro país y por ende, existe una gran responsabilidad por nuestra parte, de usar todas las herramientas que tengamos a nuestro alcance, para contribuir realmente al bien común; al bien de todas y todos, incluyendo el medio ambiente en que vivimos. Somos nosotros y las próximas generaciones, quienes nos vamos a enfrentar a un mundo más complejo, y por lo mismo debemos ser más creativos, esforzados, conscientes y soñadores, entre tantos deberes que se nos afrontan, y tenemos la libertad de encaminarnos verdaderamente en la construcción de un mundo mejor, con energía y esperanza, siempre pensando en el bien de toda la colectividad.



RAÚL TRONCOSO DEL RÍO
Publicado en la revista VOZ del alumnado del S.I.E.B